Genoveva de 16 años, vive en un pequeño pueblo de Bolivia durante los años 80, el “Culo del Mundo”. Su obsesión es el tiempo. Desde cuanto le toma a una hormiga llevar una hoja de un lado a otro, o el tiempo que le toma a un vaso llenarse de agua. En la soledad de sus días adolescentes, de sus horas adolescentes, de sus minutos adolescentes, Geno trata de sobrevivir a las monjas de su escuela, a sus compañeras hostiles, a sus padres sin esperanza y a los hombres armados. “Lo que manda en el “Culo del Mundo” son las armas y la mediocridad”, se repite constantemente. Todo queda registrado en su diario y en su memoria hasta que conoce a Hernán, el líder espiritual de su madre. Un joven extranjero que recién llegó al pueblo. Para Geno, es algo que la deja sin aliento, que la sacude, que le roba los pensamientos y que le da placer; pero no como el placer de pasar las tardes con su moribunda abuela, Clara Luz, o como cambiarle los pañales a su hermano bebé, Nacho, sino más bien como algo que nunca sintió o imaginó antes en su vida. En los 473,040,000 segundos que pasaron desde el día que nació: Amor? Geno decide escapar. Alejarse del Culo del Mundo… ir más allá del tiempo.